Uno de los enfants terribles y jóvenes mimados del cine canadiense francófono da un triple salto mortal al género de horror subgénero zombis sub-subgénero apocalipsis caníbal y filma allá por los entornos campestres y boscosos de Quebec esta película con personajes bien definidos (la hipster con una herida que parece no curarse jamás, el granjero que acaba de matar a sus padres, el supuesto héroe) a los que carga y recarga con algunas de sus propias obsesiones. Las recomendaciones, tanto para los supervivientes como para los espectadores, son sencillas: “No hagas ruido, no dejes tu arma por nada del mundo y sobre todo ¡corre!”. Si sigues esas reglas a rajatabla disfrutarás de un film tan ecléctico que suena a Bresson, Romero y Monty Python.
*No recomendada para menores de 16 años