Aya fue una esclava. A los 16 años, esta joven campesina camboyana fue vendida a una agencia de contratación malasia para trabajar como criada. Allí le pegaron y abusaron de ella, la maltrataron durante dos años sin recibir ningún sueldo. Ahora, de vuelta en su casa, es tan pobre como cuando se fue. Deshonrada y traumatizada, ¿qué queda de humanidad en ella?