156 minutos de fascinante nonsense que alucinaron, en Sección Oficial, a medio Cannes antes de ser vitoreados en la Blanca Subur (Sitges). Dirigida (y escrita) por el autor de The Chaser (2008) y The Yellow Sea (2010) lo mismo recuerda a una de Abbot y Costello contra cualquier monstruo que te hace recapacitar sobre lo hermosos, folclóricos, danzantes y humeantes que deben ser los exorcismos en Corea del Sur comparados con los que realiza, por ejemplo, la muy oscura iglesia polaca. Suspense del potente, humor policialmente incorrecto pero sabrosísimo, gore del fuerte (cuervos devorando mastín, chamanes vomitando hasta el líquido amniótico) en una película que también es retrato tétrico de un pueblo y de unas familias que se revuelven en sus pequeñas miserias.
*No recomendada para menores de 15 años