Bridget decide abortar a principios del verano, al tiempo que consigue un trabajo tras meses de búsqueda. Su trabajo consiste en cuidar a Frances, una niña de seis años. Sin apenas tiempo para recuperarse, pronto ve que tiene problemas con la niña y, además, con su madre. Sin embargo, y con el paso del tiempo, Bridget empieza a sentir que forma parte de una familia y se da cuenta de que la mayoría de los problemas que sufre están relacionados con este hecho.